¿Eres bipolar o simplemente tuviste un mal día?

¿Eres bipolar o simplemente tuviste un mal día?

Lo que pasa es que eres un poco bipolar”. Esta frase, además de reflejar desconocimiento, suele confundir los cambios de carácter que puede sufrir una persona con una enfermedad compleja.

La confusión que existe, se ha extendido tanto, que se hace necesario aclarar las diferencias. Tener un mal día o experimentar cambios de humor es una realidad de la vida. Hay situaciones que simplemente no se pueden evitar.

Diferencias entre los cambios de carácter y el trastorno bipolar

Como ya se ha mencionado, cualquier persona puede experimentar cambios de humor durante el día. Pero definir eso como un trastorno bipolar, no sólo es errado, sino desconsiderado.

Sentir mal humor, irritabilidad, frustración cuando las cosas no salen bien, estrés debido a una jornada de trabajo agotadora, son reacciones habituales y hasta cierto punto normales. Cuando los síntomas están asociados a la bipolaridad, es mucho más grave.

Los expertos en psicología reconocen que esta clase de trastorno es una enfermedad cuyo origen no está muy claro aún. Todavía se discute si tiene procedencia genética o está relacionado con algún tipo de alteración neurológica. Al parecer, es una combinación de factores ambientales y genéticos. Pero nada comprobado hasta ahora.

La verdad es que es una enfermedad relacionada con los estados de ánimo que produce una fuerte afectación a quien la sufre. Tan solo en España, se calcula que más de un millón de personas padece este problema, si bien existe una tendencia hacia el sobrediagnóstico. Por tanto, hay que ser cautelosos al respecto.

¿Por qué suele confundirse esta enfermedad psicológica con tener un mal día o expresar mal humor? Porque una persona que es diagnosticada con este trastorno experimenta cambios bruscos del estado de ánimo que son notables.

Además, quienes lo padecen alternan períodos de hiperactivación (psicosis maníaca) con fases de profunda depresión y tristeza que ahogan emocionalmente a la persona, por así decirlo.

En este caso, las oscilaciones en los estados de ánimo son menos frecuentes de lo que se cree, pudiendo durar algunas semanas o meses, no unas cuantas horas. Es importante no confundirla con la labilidad emocional o, en otras palabras, los cambios bruscos en el estado emocional.

Los síntomas revelan a mayor grado las diferencias

Manifestar estados afectivos cambiantes en una mínima proporción, tal vez como respuesta a algún estímulo – lo que de forma incorrecta se identifica como “bipolar” – es hasta cierto grado, razonable.

Por ejemplo, alguien se levanta de buen humor y hasta canta mientras se ducha, pero a los pocos minutos se enfada mucho porque se le mancha la camisa de café durante el desayuno. Eso no significa que sea bipolar. Quizás la persona tenga dificultad para manejar sus emociones, pero nunca este trastorno.

Otra diferencia importante entre esta enfermedad y los estados de humor cambiantes, se relaciona con la intensidad extrema de los síntomas. Una persona que ha sido diagnosticada, experimenta durante la fase maníaca una fuerte activación que resulta en disminución del sueño, dificultad para concentrarse, etc.

También demuestra sensación de euforia acompañada de fantasías optimistas e ideas de grandiosidad. La persona se cree invulnerable, puede tomar decisiones sugestivas como regalar el dinero, desnudarse, pelearse con desconocidos, etc. Los síntomas pueden ser de menor intensidad (fase hipomaníaca), lo que ocasiona periodos de frenética actividad, gracias a un despliegue enorme de energía.

En ocasiones, la fase maníaca puede alternarse con períodos más sombríos, conocidos como fase depresiva. Durante este tiempo, la persona presenta episodios prolongados de melancolía o tristeza profunda. La depresión es tan grave que existe riesgo de suicidio. Por lo general, luego de los incidentes aparecen fuertes sentimientos de ansiedad, culpa o remordimiento.

No es necesario destacar el sufrimiento que soportan quienes sufren este problema. Como puede observarse, todos estos síntomas son graves, ameritan ayuda especializada y, sobre todo, tratamiento farmacológico. No es lo mismo pasar de estar feliz a sentir rabia una mañana de descanso cualquiera.

 

Otras lecturas que también te pueden interesar 

> 10 malos hábitos que solo tienen las mujeres inteligentes

Si eres una mujer con “malos hábitos”, vas a cambiar radicalmente tu forma de pensar cuando leas éste artículo…

¿Dónde buscar la inspiración para emprender?

Es muy posible que al menos una vez en tu vida te hayas planteado la posibilidad de realizar algún emprendimiento o negocio, ¿este es tu momento?

Los mejores artículos para la mujer actual

Tranquila, no enviamos spam