La resistencia a los antibióticos se ha duplicado en los últimos 20 años

La resistencia a los antibióticos se ha duplicado en los últimos 20 años

Recientes estudios han revelado que en los últimos años se han elevado los índices de resistencia a los antibióticos en algunas infecciones bacterianas. El caso es muy notable en algunas infecciones de orina y la cistitis, dado que los antibióticos que suelen usarse para combatirlas no surten el efecto deseado.

Se sabe que cerca del 90% la población ha desarrollado esa resistencia, razón por la que urólogos y ginecólogos han buscado la alternativa de tratarlas con fórmulas específicas y eficaces sin el uso de ningún tipo de antibiótico.

Una advertencia alarmante

Desde hace 2 años, la Organización Mundial de la Salud ha advertido con muy justificada preocupación que tanto la carencia como el consumo excesivo de antibióticos ha acelerado la evolución de superbacterias.

A partir de 1920, cuando fueron descubiertos, los antibióticos han permitido salvar muchas vidas ante enfermedades producidas por bacterias, tales como la tuberculosis, la neumonía y la meningitis. Pero con el paso de los años, algunas bacterias han logrado modificarse y por lo tanto se han vuelto resistentes ante lo que fueran fármacos eficaces.

Hasta el momento se sabe que los casos más frecuentes de bacterias con esa resistencia son la Streptococcus pneumoniae, la Klebsiella pneumoniae, la Staphylococcus aureus y la Escherichia Coli, esta última causante de varias infecciones en el tracto urinario.

Esa resistencia a los antibióticos de determinadas bacterias no solo aumenta los riesgos de mortalidad de buena parte de la población, también genera más gastos a los sistemas de salud. Y esta situación se hace mucho más comprometedora en los países de mayor pobreza por las graves deficiencias de los servicios de salud pública.

Las recomendaciones de los especialistas y de la Organización Mundial de la Salud señalan, con mucha precisión, que en todos los países deben ponerse en marcha políticas públicas que favorezcan la vigilancia de aquellas infecciones en las que está comprobada la resistencia a los antibióticos.

Alternativas necesarias

La falta de prevención y control de las enfermedades por infección, como el uso excesivo de antibióticos, han acelerado esa resistencia de las bacterias. Según algunas estadísticas dignas de toda confianza las enfermedades infecciosas son responsables de más muertes que el cáncer.

Las medidas de prevención tiene como fundamento una higiene correcta de las personas y sobre en todo en aquellas encargadas de la manipulación y preparación de alimentos. Lo que también es de suma importancia en quienes por razones profesionales o familiares tienen contacto con enfermos y para la población en general, adoptando la debida protección en las relaciones sexuales.

Ante situaciones en las que se ha presentado una enfermedad como la cistitis y otras del tracto urinario producidas por la Escherichia Coli, los urólogos y ginecólogos están introduciendo algunos tipos de tratamientos alternativos con una alta eficacia demostrada como Urocran® Forte. Su fórmula es la primera específica para el tratamiento de infecciones de orina y prostatitis bacteriana de manera eficaz y sin el uso de antibióticos.

 

Si se combina en estos casos con una higiene personal adecuada, ya se están dando pasos muy satisfactorios para combatir este tipo de infecciones.

Y será mucho más efectiva si se combina con una alimentación saludable y no se toman medicamentos sin la debida prescripción de un médico especialista.

Pensar en el futuro

Si en los últimos 20 años se ha duplicado esa resistencia a los antibióticos, ¿qué puede esperarse para los años venideros? Al respecto se han proyectado estadísticas hacia los próximos 30 años y no parecen ser muy alentadoras.

Lo que suceda dependerá exclusivamente de las adecuadas políticas públicas de todos los países del mundo, de la concientización de la población con las prevenciones  señaladas y de cuánto aporte la industria farmacéutica en alternativas más allá de los antibióticos.

Es indiscutible que la base fundamental de la sanidad actual en el mundo se debe a los antibióticos, pero al mismo tiempo su uso irresponsable y su abuso han propiciado la modificación y adaptación de las superbacterias.

Aun cuando pareciera que nada tiene que ver, los estudiosos de esta área de la salud incluyen como un factor de alta incidencia en las enfermedades infecciosas al cambio climático. Y si a este se le suma la ausencia de control y prevención, las consecuencias pueden ser lamentables.

Si se piensa con serenidad en el futuro, la mejor campaña sería empezar por usar antibióticos solo en aquellos casos en que ya resulta inevitable y por estricta prescripción médica. Esa sería una actitud deseable mientras se descubren y se desarrollan nuevas manera de luchar contra las bacterias.

Ya es un buen indicio que para las infecciones de la orina y todo lo relacionado con ella exista una poderosa forma de combatirlas y muy distinta a los tratamientos tradicionales. Tal vez ese será para otras infecciones el camino más indicado que llegue a tomar la ciencia médica.

 

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